Karaoke

Microphone

Una noche de ocio al más puro estilo «Lost in Translation» con Karaoke de por medio, pero sin pelucas rosas, qué lástima… Tras la resaca llega este momento, de lucidez espero, y es que la noche de ayer fue de esas que esperas durante mucho tiempo…

Comenzamos la noche Take, Yuko, Manu, yo y Komoto, pero sin Tomoko, míralas capicúa, ya que ésta última estaba resfriada. Cenamos, nos hacemos Polaroids, me escaldo la lengua con el Tofu del Sabhusabhu, escuchamos flamenco by Yuko, o como bajarse del Emule todas las canciones que encuentres de alguien cuyo nik es Torero: Lambada, La Bamba…  para acabar la velada escuchando «el ¿Quién es ese hombre que me mira y me desnuda?»; claro que sí, pura pasión, pura raza, puro tópico.

Nos vamos a Tokyo. De repente se nos ocurre la idea de ir a un Karaoke, son esas situaciones que las propones tú y no esperas respuesta porque no hay más, porque el cumpleañero eres tú y punto. Y es que lo vale: habitación privada para tus amigos y tu, con televisión, asientos de piel, y un teléfono para pedir que te traigan al Papa disfrazado de Mazinger Z si es preciso, si, es precioso.  Empezamos a dúo con A-Ha «Take on Me» pero Take and me nos dejamos las notas más altas del «me» para comernos un  algo parecido a un pancake hecho con unas ocho rebanadas de pan de molde en vertical con una bola de helado y Nocilla por todas partes, o crema de avellanas de Hokkaido si queréis, una tarta de cumpleaños muy original.

Valió la pena solamente por ver a Take cantando «Amor, amor, amor» de Julio Iglesias, que divertido

Hey!!